Refuerzo de puertas y marcos para evitar apalancamientos

Una puerta robusta puede ser vulnerable si no cuenta con un marco resistente o refuerzos adecuados. El apalancamiento, una técnica común utilizada por intrusos, busca forzar la entrada aplicando presión con herramientas entre la puerta y el marco. Por eso, no basta con una buena cerradura: reforzar toda la estructura es clave. En este blog, exploramos cómo fortalecer puertas y marcos para resistir este tipo de ataques.

¿Qué es el apalancamiento?

El apalancamiento es un método de intrusión en el que se utiliza una palanca, destornillador o pata de cabra para forzar la separación entre la puerta y el marco. El objetivo es vencer los puntos de cierre, especialmente si la estructura no está reforzada, permitiendo abrir la puerta sin necesidad de manipular la cerradura.

Es una técnica rápida, silenciosa y efectiva contra puertas mal instaladas o con materiales débiles.

Zonas vulnerables en puertas convencionales

Para entender cómo proteger, primero hay que identificar los puntos débiles más comunes:

  • La zona de los anclajes de la cerradura, donde muchas puertas ceden bajo presión.
  • El marco, especialmente si está hecho de materiales blandos o presenta holguras.
  • Las bisagras, si no están reforzadas o atornilladas con suficiente profundidad.
  • La hoja de la puerta, en casos de puertas huecas o con materiales poco densos.

Estrategias de refuerzo recomendadas

Para minimizar el riesgo de apalancamiento, se deben reforzar tanto la puerta como el marco. Algunas de las soluciones más eficaces incluyen:

1. Placas antiapalancamiento

Son planchas de acero que se instalan en el lado de la cerradura o del marco, cubriendo la zona donde se produce la presión. Evitan que la herramienta pueda introducirse o dañar el sistema de cierre.

2. Cierres multipunto

Este tipo de cerraduras ancla la puerta en varios puntos (superior, inferior y lateral), haciendo mucho más difícil que ceda al aplicar fuerza en un solo punto.

3. Escudos protectores de cerradura

Además de proteger contra el bumping o taladro, dificultan el acceso a la cerradura en sí, obligando al ladrón a buscar otro punto de entrada.

4. Reforzadores de bisagras

Permiten anclar mejor la hoja al marco, evitando que la puerta pueda descolgarse o ceder por el lado opuesto a la cerradura.

5. Marcos metálicos o reforzados

Sustituir los marcos de madera por perfiles de acero o reforzarlos con planchas internas aumenta drásticamente su resistencia al apalancamiento.

6. Pernos pasadores o cerrojos adicionales

Actúan como bloqueos extras en zonas clave de la puerta, dificultando aún más el acceso.

Recomendaciones para una protección completa

  • Verifica que el marco esté bien sujeto a la pared y no presente grietas o separaciones.
  • Utiliza tornillos largos (al menos 7 cm) para fijar cerraduras y bisagras.
  • Instala refuerzos específicos en puertas que dan a exteriores o zonas aisladas.
  • Consulta a un profesional en seguridad para evaluar puntos críticos en tu instalación.

Protección que se siente desde el primer cierre

Refuerzos bien aplicados transforman una puerta común en una verdadera barrera de seguridad. Más allá del aspecto visual, estos elementos son determinantes para resistir ataques físicos como el apalancamiento. Con una inversión accesible y la instalación adecuada, estarás aumentando considerablemente la resistencia de tu vivienda frente a intentos de intrusión.